La gestión forestal comunitaria en Myanmar comenzó en la década de 1990. Tras una reducción de la superficie cubierta por bosques, el Gobierno comprendió la importancia de la participación de los habitantes de las aldeas y promulgó una serie de reformas de sus políticas: con la gestión forestal comunitaria, la población local empezó a proteger los bosques y planificar el uso de los recursos de forma sostenible, obteniendo diversos beneficios para sus medios de vida.
Al evaluar los resultados de la gestión forestal comunitaria, surgieron dos dificultades importantes:
- La disparidad de intereses entre el Departamento Forestal del Gobierno, más centrado en los cambios en los bosques y la biodiversidad, y la población local, que aspira a comprender qué beneficios reportará la gestión forestal comunitaria a sus medios de subsistencia.
- La falta de herramientas de seguimiento y evaluación centradas en la población.
A continuación describimos cómo afrontamos estos desafíos.
Desarrollar el concepto de seguimiento y evaluación forestales participativos
A comienzos de 2018, se produjo una situación curiosa cuando nos reunimos con un oficial superior del Departamento Forestal en Myanmar. Éste nos comentó que, cuando solicitó información sobre los resultados de las comunidades forestales del delta del Ayerrawaddy, sus oficiales sobre el terreno no pudieron atender su petición: nadie había documentado información alguna.
Cuando visitamos [1] las comunidades forestales de la zona, descubrimos que los líderes locales tenían muchas historias interesantes que contar, pero no disponían de herramientas para evaluarlas de manera sistemática y gestionar la información de forma eficiente. Empezamos a desarrollar el concepto de participación colectiva en el seguimiento y evaluación, sobre la base de las aportaciones de los representantes del Gobierno y los líderes de las comunidades forestales, complementadas con una evaluación de las prácticas de documentación de resultados en las comunidades forestales y el Departamento Forestal, así como con una revisión de la gestión de la información en éste.
Conocer el interés de la población local en medir diferentes tipos de resultados —como cambios naturales, económicos, humanos, físicos y sociales— y cumplir con el requisito del Departamento Forestal de informar sobre el estado y evolución de los recursos forestales y la biodiversidad (capital natural) fue un proceso complejo. Combinamos los elementos del Marco de evaluación forestal comunitaria [2] y el Marco de medios de vida sostenibles [3] con la evaluación rural participativa, y desarrollamos un conjunto de herramientas para el seguimiento forestal participativo. Optamos por el Marco de medios de vida sostenibles porque ayuda a la población a conocer los resultados —así como las políticas, instituciones y procesos— también en un contexto de vulnerabilidad (Figura 1). Las herramientas se probaron, ajustaron y agruparon con la colaboración de líderes y miembros de cinco comunidades forestales en Myanmar y Camboya respectivamente, así como de representantes de los Departamentos Forestales.
Figura 1: Marco de medios de vida sostenibles [4]
Las herramientas y la documentación de resultados
Este proceso ayudó a desarrollar un producto consistente en un conjunto de herramientas de acceso abierto [5], que incluía algunos instrumentos participativos para elaborar mapas sociales y de recursos, puntuar y clasificar el nivel de bienestar, llevar la contabilidad de los ingresos, realizar autoevaluaciones y proporcionar información, así como directrices de uso para la población local. Al tratarse de un conjunto de herramientas centrado en resultados, adopta un enfoque de logros acumulativos y no requiere necesariamente un grupo de indicadores. Sin embargo, el conjunto de herramientas incluye para cada una de ellas un compendio de preguntas de orientación a modo de lista de comprobación, a fin de ayudar a la población a elaborar los mapas y recopilar la información.
El conjunto de herramientas simplifica los cinco capitales del Marco de medios de vida sostenibles para ayudar a la población local a conocerlos en su propio contexto. Por ejemplo:
- Capital natural: madera, productos madereros (muebles, madera para la construcción de viviendas o para la venta) y productos forestales no madereros (bambú, hongos, etc.), entre otros.
- Capital humano: incluye personas con dotes de liderazgo, mayores capacidades técnicas o de otro tipo, y conocimientos más amplios; y niños que han tenido la oportunidad de ser escolarizados gracias al apoyo financiero de las comunidades forestales.
- Capital social: asociación con grupos de mujeres; comunidades forestales; creación de redes con otras comunidades; desarrollo de relaciones con individuos, grupos sociales y organizaciones, tanto vertical como horizontalmente.
- Capital físico: infraestructura básica con apoyo de las comunidades forestales (p. ej. construcción y mejora de carreteras, senderos, escuelas, templos u otra infraestructura en las aldeas).
- Capital financiero: ingresos individuales obtenidos por mujeres y hombres gracias a la venta de productos de sus bosques comunitarios; ahorros; acceso al crédito; familias que salen de la pobreza económica; y familias que caen en ésta y causas asociadas.
Utilizar el conjunto de herramientas
Con la ayuda del conjunto de herramientas, la población local actualizó la información sobre los resultados —en materia de medios de subsistencia— de los diez bosques comunitarios piloto. Muchas comunidades que vivían cerca —o en la misma zona de los respectivos bosques comunitarios— optaron por fusionar sus mapas sociales y de recursos. Pudimos comprobar que la vida de muchas de estas personas había cambiado. Por ejemplo, cuando el bosque costero se degradó, un tifón afectó gravemente a una aldea del delta del Ayerrawaddy en el año 2000. Sin embargo, gracias a la protección proporcionada por los manglares del bosque comunitario costero, hubo menos inundaciones y aumentó el número de peces y otros productos alimenticios marinos en sus bosques-canales. Con el mayor número de árboles y otras plantas, regresaron algunas aves y animales —como los cocodrilos—, con lo que la biodiversidad mejoró, pero la población local también corrió peligro. Recopilamos todas estas historias una vez que se hicieron visibles los cambios en sus zonas,
Figura 2: Ejemplo de mapas elaborados por miembros de los bosques comunitarios, que muestran la situación inicial de referencia, los resultados conseguidos y las perspectivas para el futuro.
Lecciones aprendidas
- Las herramientas de seguimiento participativo ayudaron a la población local a documentar sus recursos, su bienestar y otros parámetros de referencia, así como información sobre sus nuevas condiciones. El proceso también proporcionó a los miembros de las comunidades forestales acceso continuo a diferentes datos, que ahora pueden conservarse y no dependen exclusivamente de los relatos orales y la memoria individual. Esto complementó los esfuerzos de recopilación de datos de los Departamentos Forestales.
- Este proceso involucró a los diferentes miembros de los bosques comunitarios y recabó sus aportaciones. Una vez actualizados los datos, se presentaron a los miembros de las comunidades forestales, garantizando así la rendición de cuentas del comité de gestión forestal comunitaria ante ellos y las autoridades gubernamentales, asignando a los habitantes la responsabilidad de la información. Las comunidades utilizaron grandes paneles de vinilo —resistentes al agua de lluvia y a la manipulación brusca— para registrar la información y exponerla en lugares públicos. Todo ello contribuyó a aumentar la transparencia, la rendición de cuentas y la responsabilidad de las comunidades forestales.
- La gestión de la información y el intercambio de planes, avances, presupuestos y otros recursos contribuyeron a generar enseñanzas adicionales en los bosques comunitarios mediante el intercambio de conocimientos de la población local —basados en la experiencia— con las diferentes partes interesadas.
- El seguimiento y evaluación a nivel local resulta más económico que las evaluaciones realizadas por expertos. También es sostenible, aunque requiere grandes esfuerzos iniciales para desarrollar las capacidades locales.
- Sin embargo, el seguimiento participativo se interrumpió como consecuencia de la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), ya que implica la realización de actividades colectivas por parte de los miembros de los bosques comunitarios. Por tanto, es necesario seguir potenciando la sostenibilidad, ya que ofrece posibilidades extraordinarias.
Por último, deseamos agradecer sinceramente al Center for People and Forests (RECOFTC) de Bangkok esta oportunidad de haber investigado la acción participativa.
___
[1] Aung Kyaw Naing (de Myanmar) y Tol Sokchea (de Camboya) fueron miembros destacados del equipo que colaboraron en la capacitación y en las pruebas y desarrollo del conjunto de herramientas para el seguimiento forestal participativo.
[2] http://www.fao.org/sustainable-forest-management/toolbox/modules/community-based-forestry/basic-knowledge/es/?type=111
[3] http://www.glopp.ch/B7/en/multimedia/B7_1_pdf2.pdf
[4] Departamento del Reino Unido para el Desarrollo Internacional
[5] El conjunto de herramientas está disponible en inglés, birmano y jemer: https://archive.recoftc.org/training-manuals-and-guides/citizens-monitoring-forestry-toolbox-0